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SEMBLANZA

 

 

La obra  de Angélica Chávez Blanco es una expresión honesta y de un planteamiento, tanto ideológico como estético, certero y de fuertes cimientos. En la exposición que concierne a estas palabras, la artista edifica un vehículo de reformulación simbólica en torno al individuo y su entorno, así como su asimilación particular al trasplantarse dicho individuo a un sitio totalmente distinto, en el cual sus raíces se convierten en una figura virtual.

Incluso antes de fijar la vista en la profundidad semántica de las obras, y dejando en espera el contenido sociocultural que cada pieza ostenta, es posible entender de cierta manera hacia dónde se dirigen estas representaciones que obviamente no son una parca imitación del mundo, sino que trascienden los niveles más básicos de exposición psicológica y esencial logrando una estampa aún más transparente que la de la realidad misma.

Cada acción es entonces una explosión de la naturaleza y una muestra tangible de los sentimientos que Angélica busca proyectar con su técnica y con una propuesta que aborda los materiales de modo muy  personal, manejada con admirable sutileza. Por otro lado, si reparamos en el sentido de la obra  –hablando ya del discurso plástico- matérico que Angélica describe con cada elemento y la relación que forman entre sí-, puede mencionarse una alusión delicada hacia un replanteamiento del arraigo e incluso nacionalismo como rasgo inherente al individuo.

A pesar de tratarse de una artista joven, su visión artística e intelectual se nos muestra profunda y con una consciencia abrazadora. Angélica muestra el valor de la luz que el arte brinda para esclarecer comportamientos y fenómenos sociales. No sólo los sociólogos, psicólogos, y demás especialistas pueden abstraer verdades relativas y proponer una exposición adecuada, ya que cada una de sus piezas es una muestra clara de lo que pueden guardar los objetos, textiles, materiales,  figuras y los colores, como un espejo en el que el hombre alcance a mirarse en su compleja y profusa formación, asimilando el por qué y el cómo de contar con una pertenencia.

 Es claro que el arte a través de los materiales,   tiene cualidades que en estas obras son explotadas hasta sus últimas consecuencias (positivamente, claro), logrando un equilibrio asombroso entre el contenido superficial, es decir, la pieza en sí, y el trasfondo simbólico que va ligado a los objetos, espacios  y detalles de índole cultural incluidos con mesura, pero con determinación.

 

 

 

GERARDO CÁRDENAS ROBLES

Letras Españolas

Chihuahua, México.

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